"Esta escritora, nacida en Londres en 1797, parecía tener un futuro lleno de luces, pero las sombras lo tiñeron de negro. Su madre murió a los 11 días de su parto. Con solo 24 años ya había perdido a su esposo - el poeta romántico Percy Shelley - y a dos hijos. Viuda, sin dinero y con la responsabilidad de sacar adelante al único hijo que le quedaba, dedicó su vida a luchar contra el castigo que le impuso la sociedad victoriana, que no le perdonó su forma de ser, ni su relación 'indecente' con Shelley, con quién se escapó a los 17 años, siendo él aun un hombre casado.
Hoy, casi dos siglos después, la historia la sigue castigando. Sus hallazgos literarios parecen tener siempre un padre, a pesar de que su novela Frankenstein es la madre de la ciencia ficción, y pone en evidencia la imaginación de una mujer que accede al conocimiento con libertad". RTVE
Hoy, casi dos siglos después, la historia la sigue castigando. Sus hallazgos literarios parecen tener siempre un padre, a pesar de que su novela Frankenstein es la madre de la ciencia ficción, y pone en evidencia la imaginación de una mujer que accede al conocimiento con libertad". RTVE
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