En Afganistán, ya se ha iniciado la cuenta atrás para la salida de las
tropas internacionales. A la ONU también le preocupa lo que quedará
atrás: un país con unos Derechos Humanos en retroceso. Además de la
precaria situación de la mujer, inquieta el aumento de la esclavitud
sexual y de la prostitución infantil. Hay niños a los que visten de
niñas para que bailen ante los hombres. A menudo, son víctimas de abuso
sexual, utilizados como símbolo de poder por los señores de la guerra.
El gobierno afgano se plantea prohibir esta práctica pedofilia tolerada
durante siglos en nombre de la tradición y la cultura.
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