"La violencia
contra mujeres y niñas es una violación de los derechos humanos. Es violencia
contra familias, comunidades, naciones y la propia humanidad. Es una amenaza
para la paz y la seguridad internacional, según reconoce el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas. Asimismo, ha alcanzado un punto crítico y
exige acciones de todas y todos nosotros, jóvenes y mayores, mujeres y hombres.
Hoy, en el
Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y todos
los días, debemos apoyar nuestra causa, alzar la voz y ser parte activa en la
creación de soluciones que pongan fin a estas violaciones de los derechos
humanos.
Las y los
líderes tienen la responsabilidad de tomar medidas para poner fin a todas las
formas de violencia contra las mujeres y las niñas y de proteger al 50 por
ciento de la población. En este día, como parte de la campaña ÚNETE, el
Secretario General y yo misma les invitamos a unirse y mostrar solidaridad
vistiéndose de naranja por un futuro mejor. Les invitamos a proclamar que todas
las mujeres y las niñas tienen el derecho humano fundamental de vivir sin
violencia.
Actualmente,
se estima que una de cada tres mujeres sufre violencia a lo largo de su vida.
Una de cada tres niñas se casará antes de cumplir los 18 años de edad.
Aproximadamente 125 millones de mujeres y niñas de todo el mundo han sufrido
mutilación genital femenina. La trata se convierte en una trampa para millones
de mujeres y niñas, que pasan a ser esclavas en plena era moderna. La violación
es una práctica generalizada en las guerras. El feminicidio, el asesinato de
mujeres por el mero hecho de ser mujeres, arroja cifras cada vez más
escalofriantes.
Este tipo de
violencia no conoce fronteras y afecta a mujeres y niñas de todas las edades,
de todos los estratos económicos, de todas las razas y de todos los credos y
culturas. Desde las zonas de conflicto hasta los espacios urbanos y los campus
universitarios, se trata de violencia que nos obliga a todas y todos a actuar
como agentes preventivos de esta pandemia y a tomar medidas AHORA. La gran
mayoría de casos no se denuncia ni se reconoce y las sobrevivientes quedan
marcadas, invisibles, sufriendo en silencio. Esta situación es
intolerable.
Por todo
ello, hoy insto a las y los líderes mundiales a mostrar determinación y
coordinar una respuesta que sea proporcional a la violencia que amenaza las
vidas de mujeres y niñas. Ha llegado el momento de reaccionar con las medidas
necesarias, en consonancia con los estándares internacionales de derechos
humanos y el acuerdo alcanzado a principios de este año en la Comisión de la
Condición Jurídica y Social de la Mujer para prevenir y poner fin a la
violencia contra las mujeres.
Para ser
efectiva, la prevención debe abordar su causa subyacente: la desigualdad de
género. Necesitamos educación en las escuelas que enseñe derechos humanos y
respeto mutuo, y que inspire a las y los jóvenes a ser líderes a favor de la
igualdad. Necesitamos oportunidades económicas equitativas y acceso a la
justicia para las mujeres. Necesitamos escuchar la opinión de las mujeres.
Necesitamos más mujeres en la política, la policía y el mantenimiento de la
paz.
Sigamos
probando estrategias de prevención innovadoras y utilizando la tecnología, incluida
la tecnología móvil, para generar conciencia y proteger los derechos de las
mujeres.
Tenemos que
proteger a las mujeres y las niñas de la violencia, y, cuando se produzca la
violencia, garantizar el acceso a servicios esenciales para todas las sobrevivientes.
Esto incluye servicios de salud, refugios, líneas de atención telefónica,
policía, justicia y asistencia jurídica. Debemos asegurar que las mujeres y las
niñas estén seguras y que los agresores rindan cuentas por sus delitos y sean
llevados ante la justicia.
Mediante la
iniciativa mundial Ciudades Seguras, podemos llegar a mujeres de todo el mundo
así como a personas encargadas del cumplimiento de la ley que están más cerca
del lugar de comisión de estos delitos. Tenemos que ampliar nuestro trabajo y
colaborar con hombres y niños, así como con jóvenes.
Los
Objetivos de Desarrollo del Milenio no incluyeron la cuestión de poner fin a la
violencia contra las mujeres, lo que representa una flagrante omisión. Insto a
todos los Estados Miembros de las Naciones Unidas a que el objetivo de poner
fin a la violencia contra las mujeres y las niñas se convierta en una prioridad
en el nuevo marco para el desarrollo una vez que los ODM hayan concluido en el
año 2015. ONU Mujeres promueve un objetivo independiente sobre los derechos y
el empoderamiento de las mujeres yla igualdad de género.
Con un
liderazgo firme a favor de la prevención, la protección, el enjuiciamiento y la
prestación de servicios a las sobrevivientes, podemos poner fin a esta pandemia
mundial. Está en nuestras manos. Si nos unimos podemos prevenir y poner fin a
la violencia contra mujeres y niñas". Fuente
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